En las perreras / gateras municipales de España, cada año y debido a la legislación vigente, se sacrifican sin motivo alguno miles de animales domésticos. La normativa legal establece que los perros vagabundos acogidos en perreras municipales son sacrificados una vez transcurridos 21 días. El estado subvenciona y fomenta esta forma de proceder. En lugar de sacrificarlos, estos animales deberían ser castrados, siempre y cuando su estado de salud lo permite, y acto seguido dados en adopción, estableciendo una cuota de adopción más elevada que hasta la fecha. Se trata de concienciar a la gente acerca de la responsabilidad que significa la tenencia de un animal y a enseñarles a no tratarlos como si fueran una mercancía, de la que se pueden deshacer cuando les plazca. Así se evitaría la reproducción descontrolada de los animales y se reduciría el número de mascotas recluídas en perreras / gateras municipales.