Las mayores densidades para el conjunto de estos barrios, se observa en la ciudad de Buenos
Aires y en los municipios del corredor norte (excepto Tigre), donde viven en promedio más de
250 habitantes por hectárea. En particular, Vicente López tiene densidades por encima de 500
habitantes por hectárea. En el otro extremo, en Florencio Varela y Moreno las densidades están
por debajo de los 100 habitantes por hectárea. En la segunda corona, las densidades son menores
que en la primera, aunque se dan algunas excepciones como Malvinas Argentinas y José C. Paz.
En estos municipios, las VyA albergan en promedio entre 200 y 250 hab/ha, por encima de las
VyA de varios municipios de la primera corona. Es decir, las densidades de los “asentamientos
informales” muestran una distribución que acompaña a la ciudad formal, pero con otros
parámetros.
Las áreas ocupadas por VyA varían según los municipios. Mientras en algunos ocupan áreas muy
extensas (en La Matanza el fenómeno abarca más de 1.100 hectáreas y en Quilmes supera las
800), en otros el área ocupada es sensiblemente más baja, como es el caso del municipio de
Vicente López donde la extensión del fenómeno es menor a 20 hectáreas.
En términos relativos, los municipios del corredor sur son los que tienen una mayor proporción
de suelo ocupado por villas y asentamientos, aunque cabe aclarar que el cálculo fue realizado
sobre la superficie total del municipio, debido a la disponibilidad de los datos. Si el cálculo se
realizara sobre el área urbanizada, el municipio de La Matanza sería el de mayor proporción de su
superficie con esta modalidad de ocupación del suelo.
Los resultados no hacen más que afirmar algo que ya ha sido planteado: la todavía baja
participación de estas modalidades de ocupación del suelo sobre el total del territorio en
comparación con la mayoría de las ciudades latinoamericanas.
Las villas predominan en la primera corona de urbanización, como puede observarse en el cuadro
N° 3. Esa fue la tipología predominante en la ocupación del suelo en el AMBA durante la década
del ´70 del siglo pasado. Por ello se explica que mientras en la primera corona se halla poco más
de la mitad de los “asentamientos informales”, la cantidad de villas casi duplica a las existentes
en la segunda corona, donde predominan los asentamientos.